Es un hecho que desde finales de 2020, las perlas han ido cobrando un gran protagonismo en el street style. Desde que Coco Chanel dijo aquello de “las mujeres necesitan tiras y tiras de perlas”, hemos visto como estas gemas evolucionaban para adaptarse a los nuevos tiempos y salir del cliché de joya siempre elegante pero clásica.

Hoy en día, las perlas aparecen de las más originales formas, evocando una apariencia natural, más alejada de las perfectas formas redondeadas. También el color juega un papel importante, incluyendo nuevos matices irisados combinados con el blanco perfecto. Formas, color y originalidad al servicio de elevar cualquier look para estar siempre perfecta.

Renovadas o no las perlas están ahí desde siempre y para siempre. Echando la mirada atrás, queremos poner el foco en la misteriosa perla Peregrina, una joya histórica traída a la actualidad por la escritora Carmen Posadas, en su también joya literaria La leyenda de la Peregrina.

Se trata de la perla más famosa y extraordinaria de la historia, como famosas y extraordinarias fueron las mujeres que tuvieron el lujo de poseerla. Su historia es fascinante y pese a sus numerosos periplos por diversos países, desde que fuera descubierta por un esclavo hace más de 400 años en Panamá, debe su nombre a su original forma y no a este peregrinaje como podría pensarse. Antiguamente, el adjetivo peregrino hacía referencia a algo raro o especial.

En el caso de la Peregrina, su forma de lágrima tan apreciada por su belleza y escasez, la convirtió en el objeto de deseo de las mujeres de la realeza, desde que fuera entregada al Rey de España Felipe II.

Esta maravillosa joya de 58,5 quilates, permaneció en España hasta que José Bonaparte ordenó que le fueran entregadas todas las joyas de los Borbones. Posteriormente, fue Napoleón III quien “la vendió para financiar la campaña que lo llevaría a convertirse en presidente de Francia y emperador”, tal y como afirma Carmen Posadas.

La Peregrina saltó a la fama cuando, en 1969, el actor Richard Burton la adquirió por 37.000 dólares en una subasta en la que venció a la Casa Real española. El actor regaló tan excepcional joya a su amada Liz Taylor, quien la incorporó a un collar de diamantes y rubíes de estilo renacentista diseñado por la prestigiosa firma de joyas Cartier, convirtiendo así esta pieza en una joya de valor incalculable.

Liz Taylor, leyenda del séptimo arte, lució la Peregrina en algunas de sus películas y fue la propietaria de la extraordinaria perla hasta su muerte en 2011. Cuando se subastaron las joyas de la actriz, la Peregrina y el collar de la que pendía alcanzaron un precio de 9.000.000 de euros.

Actualmente, se desconoce el paradero de tan valiosa joya, alimentando, aún más si cabe, su leyenda y el interés por conocer los periplos que seguro experimentará hasta que, en algún momento, vuelva a aparecer deslumbrante como el maravilloso tesoro que es. Una joya de leyenda que esconde la esencia de todas aquellas maravillosas mujeres a las que perteneció.